sábado, 8 de noviembre de 2008

El lado húmedo de la cama

Siempre creí o leí no recuerdo o tal vez escribí, que después de hacer el amor una mujer en su papel sumiso y su condición de amante generosa u objeto en desuso que pierde la practicidad una vez consumado el acto, le tocaba dormir en el lado húmedo de la cama.

Es un acto de verdadera sumisión e idolatración al hombre adorado o al amante en turno. Pues me pasó. Dormí en el lado húmedo de la cama, si se puede decir dormir, porque ordenaste que todos durmieramos porque tienes sueño. Así como te reíste de mí porque mis actividades propias de mujer son inferiores a las que haces.

Claro. Eyaculaste y te dormiste. Corrección, eyaculaste, te dormiste y apagaste luces y televisión. Ok. Y me dejaste ahí con frío y húmeda en la cama aún más húmeda, a oscuras, pensando. Con ideas vagabundas que encontraron su albergue esa mala noche en ese mal momento.

Como escribí anteriormente, nada fue como la primera vez. No me está gustando. Esos actos de amor arrebatados sobre el coche, la escuela, la calle o en medio del tráfico, van quedándose de recuerdos y el recuerdo no da para más, por lo menos no para que yo duerma en el lado húmedo de la cama.


Si bien tus artes amatorias te solapaban todo, simplemente ya no somos los mismos.

Eres otro más.


Atte. Princesa Errónea

sábado, 1 de noviembre de 2008

Halloween

Una de esas noches donde todo está cubierto de humo y puedo desaparecerme como en un acto de magia. Sí eso. Cubrirme con la espesura de un bloque de superficialidad que me encubre. Por primera vez no me siento del todo ajeno. Aquí todos son como yo.


De hecho son peores. Actúan un papel que les justifica todas sus acciones. Yo no.


Yo siempre soy asi.


Aun así, espero con ansiedad este dia del año.


Una chica está sentada a un lado de mí. Por momentos me pongo nervioso y tenso.
Es la costumbre: ese sentimiento de incomodidad. De sentir como que no encajo.
Como un monstruo.



Me mira de reojo y sigue mirándome. Estoy a punto de retirarme y ella se convence de que no soy algo más o algo menos de entre toda la mezcla de géneros y especies, quimeras y seres mitológicos que ahí encuentran su albergue. Bebo con avidez.


Me siento inquieto. Siento su mirada. Es tan blanca, con su cabello tan negro, aunque yo sé que ella también viene disfrazada. En realidad no sé de que pero sé que es igual a todos.


!No a mí que soy el único sincero!.


!El único que no miente!



-Y aun así te mentiría amor- Pienso.



Está tan seria y sigue mirándome. Este es mi día y lo arruina con sus sospechas.


Siento que ella sabe que yo sé que ella sabe, pero sigue esperando un gesto, una reacción que me delate, que le dé la razon.
Lo siento amor, no lo haré.



¿Quién me dio permiso de llamarte amor? Nadie.


Y nunca lograría obtener tu consentimiento para amarte, aunque tú no me amaras.


Aunque firmaramos un pacto de amor y desprecio. De amor e indiferencia.


Como quisiera serte indiferente, para que dejaras de observarme de esa manera acusadora, como diciéndome: Tú tampoco perteneces a aquí.



Lo siento amor, yo no vengo disfrazado. Vengo a mezclarme entre la gente y sentirme acompañado. Y sentir tu calor aunque no sabía ni esperaba siquiera que existieras..... Y ya que existes, que estuvieras junto a mí.


!Quita tu mirada de mis marcas!

!De las cicatrices de mi rostro!

!De mi fealdad contrastante con las luces de burdel!

!Huye!

!Desconoceme! !Veme como alguno más!


!No tengas duda amor! No tengas duda de que no soy más que un pobre hombre maquillado fingiéndose un ser !abominable! !terrorífico! !repulsivo!



Que no descubras amor mío que cuando mañana despìertes con tu maquillaje corrido, con tu aspecto de seriedad alborotado; cuando aquéllos dos hombres que se besan en el fondo despierten abrazados en una cama del hotel París, en la Europa de los pobres o de la imaginación; cuando todos se laven la cara, se quiten los brillos, las pelucas, los tacones; cuando las mujeres vuelvan a ser hombres y las lesbianas mejores amigas y las mariposas pierdan las alas y los superhéroes los poderes y los monstruos la fealdad........


Que no descubras amor mío que yo veré en el espejo el mismo rostro horroroso, mi estigma, mi soledad. Pensando. Esperando. Otro halloween. Otra fiesta. Otro tugurio.


Donde sentirme menos solo o más rodeado de gente. Donde sentirme dentro del grupo. Encajando. Riendo. Bailando como nunca en otros once meses.


Menos monstruo, con cicatrices menos espantosas, con reflejos menos fluorescentes, sin asustarte.............


Esperando verte amor mío, el próximo 31 de octubre. Cuando tú vuelvas con tu disfraz de ti misma.......... y yo regrese con mi disfraz de mí mismo.



Un monstruo.



Atte. Princesa Errónea